jueves, 5 de julio de 2018

OTRO FRÍO PÁRRAFO INVERNAL


     Tengo todo y todo es mucho más de lo que necesito… Tengo un plan perfecto para morirme sin ser hallado culpable. Tengo una estrella fugaz con nombre y apellido que sólo brilla cuando no la miro. Tengo una foto prohibida de su espalda velándose en mi memoria. Tengo la tierra bajo mis pies que siempre será suficiente para sostenerme en la derrota. Y tengo derrotas que jamás confieso por respeto a los que no han logrado hacer pie aun en esta tierra. Tengo todas las palabras a disposición para usarlas sin necesidad de autorización de nadie. Tengo un dios y un diablo dibujando infiernos y paraísos para cuando me hace falta escribir poemas y cartas. Tengo una bicicleta que me aguarda cuando su lejanía se acerca demasiado. Tengo un millón de excusas para no llamarla en este mismo instante, pero no tengo ninguna buena razón para no escribirle. Tengo días buenos y días malos y casi todos saben a su ausencia. Tengo, entre las dudas del pasado y del futuro, la certeza del presente. Tengo un manojillo de escarchas guardado en una canción vieja. Tengo estas ganas de mi boca que van y vienen sobre el recuerdo de su vientre liso y agitado. Tengo un mate amargo y un silencio infinito para acompañarlo cada mañana. Así es, tengo todo y entre todo no logro componer lo que me falta: su calma duradera alrededor de mi furia pasajera, su tiempo perdido en mi reloj detenido, su sopa caliente en este julio de invierno, sus dolores nocturnos gritando en mis noches sin remedio, su orgullo herido insultando mi destino obstinado, su sexo húmedo resucitando mis fantasías y un amor austero para sus condiciones indeclinables. Sin embargo, así y todo, entre los dos todavía existe un hilo conductor de una historia que nadie conoce, que casi siempre se me aparece altiva y misteriosa a la hora del insomnio, en la madrugada, cuando el sol rompe con la esperanza de haber escrito finalmente la noche anterior el último párrafo para esta mujer que ha decidido permanecer tibia e inalcanzable para el frío interminable del olvido. 

RR


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