lunes, 23 de junio de 2014

UN LUNES DESPUÉS DE ELLA



      Hay una historia detrás de cada partida, de cada retirada en medio de frases apocalípticas y promesas improbables. Existe un cúmulo de esperanzas que se contradicen con la realidad sin necesidad de indagar demasiado, la falsa sensación de retroceder para tomar carrera que siempre termina revelándose como una simple huida a la muerte por no soportar un destino sentenciado. Lo que para algunos son sólo insomnios para otros son noches desesperadas, sombras que se pasean en la oscuridad, un vacío lleno de nada.
      Es como un nudo en la garganta, como un grito ahogado en el medio de un bosque de eucaliptos, de esos que hay alrededor de la rotonda de la Virgen. Es como un cielo celeste para nadie, una noche estrellada que inspira sólo dolores. Es como el más bello de los valses en la soledad del silencio más angustiante. Es este mate humeante esperándote para que lo tomes y que, al final, se enfría solo dejándome sin la mágica posibilidad de besar tus labios indirectamente. Eso es, nada de otro mundo. Esas cosas simples que todos dan por sentadas y que en un abrir y cerrar de ojos se evaporan sin pedir permiso y nos dejan medio estúpidos preguntándonos por qué. ¿Por qué? Porque sí, porque la vida sigue pasando, a pesar de los dolores y de las alegrías, de las injusticias y de lo que creemos que debería ser. Y nada es como debería ser, sólo es.
      Vos, yo y ese inexistente nosotros somos nada más que esto: todo y nada al mismo tiempo, un te quiero ya olvidado y un montón de besos oxidados encerrados en el alma pudriéndose sin remedio. Y el tiempo que pasa (eso es inevitable). Esa es nuestra esencia, eso es lo que somos. Ni lo que yo te quiero ni lo que vos no; ni todo lo que te escriba a partir de ahora, ni nada de lo que hayas creído saber de mí hasta hoy; ni lo que me dolerá un día cuando ya no quiera, ni lo que te dolerá a vos cuando ya no puedas. Somos sólo un rato de este tiempo de hoy, el resultado de un ayer que brilla y seduce a la sombra de un mañana inexistente. No somos ni las canciones, ni las cartas; ni los aromas, ni los sabores; ni los calores del sexo, ni los fríos de las soledades, nada de eso, somos esto que se nos escurre entre los dedos como la arena, como tu pelo en mis manos en una tarde cualquiera, como un puñado de palabras al borde de tu aliento. No somos más que un intento, una chance, una apuesta, un estado de locura, una borrachera que será motivo de arrepentimientos futuros. Nunca seremos lo que queremos, seremos lo que podamos arrebatarle al orgullo y a la pedantería de creernos mejores que nosotros mismos, seremos todas las horas perdidas pensando en lo que quisiéramos ser y en cómo lograrlo, en el amor que buscamos y prometemos y conseguimos y destruimos, seremos un campo minado de errores y algunos aciertos más las trampas que nos hacemos para ocultarnos la verdad. Esa verdad que dice que vos estás de ese lado y yo de este y entre medio está el abismo.

RR 


Ilustración: mural de Claudia Tula Ninakerus

No hay comentarios:

DE LA NOCHE A LA MAÑANA

     ¿Qué hora es?.. ¿Ya?.. ¿Y a qué hora se hizo esta hora? ¿Dónde estaba yo cuando esa hora vino y se fue la anterior? Porque se fue, se...