jueves, 8 de mayo de 2014

SUEÑA



      Cuando te preguntes por qué, no me mires ni me busques, no trates de encontrar respuestas de este lado, yo sólo tengo preguntas, un millón de ellas, una combinación infinita de interrogantes que me persiguieron durante horas y días y meses y, ahora, años. Yo sólo tengo esta interminable sucesión de fantasías sobre la desnudez que se escondía bajo tu piel y que completaba mi vida hace ya mucho; tengo un fichero de recuerdos, la mayoría falsos y todos repetidos, tengo una maceta con una planta seca que quisiste revivir y que se quedó esperando tu agua. No trates de explicar la soledad que te visita a veces buscando en la mía, acordate, nosotros nunca fuimos nosotros y nuestras soledades no se conocen. Mi soledad es orgullosa, firme e insobornable, ella no se somete a mis deseos, ella fue creada a tu imagen y semejanza, sin falsedades ni disimulos. La tuya es toda tuya, es tu mapa y tu tesoro, tu candado y tu llave, y yo no soy ni siquiera el último manotazo del ahogado para ella.
      Y mejor no hacer de esto un drama, ¿sabés?, porque no lo es. Porque no me estoy muriendo ni vos tampoco, porque sigue amaneciendo en mi ventana y en la tuya y con eso basta, con eso alcanza como para creer que hay revancha y que en cualquier momento puede aparecer un personaje inesperado y cambiar el curso de los hechos. O tal vez no, tal vez ese personaje no sea inesperado sino todo lo contrario, tal vez ese personaje sea este pedacito de sueño que huyó de tu almohada durante la noche y me vino a golpear la puerta y tuve que bajar a atenderlo y calentar un poco de agua para cebarle unos mates y que me cuente entre sollozos que tu soledad te trata mal y ofende tu libertad haciéndote sentir esa necesidad de abrazo tan perjudicial para la salud. Y el pedacito de sueño está ahora acá mientras vos estás allá y la vida continúa como si nada y uno quisiera que ya no, que se detuviera a darnos explicaciones. Pero no las hay.
      No llores, pedacito de sueño, contame, ya es tarde pero no importa, solo hablemos bajito para que mi soledad no se despierte, ella duerme plácidamente y no quiero despertarla con esperanzas falsas. Nunca podría perdonarme eso. Vos me entendés, no se le da falsas esperanzas a la soledad, se la mima y se la cuida como a un niño para que un día pueda irse sola, caminando sin arrepentimientos, saludando al pasar a las nuevas compañías que traen vino y besos y se quedan a pasar primero una noche y después unos días. Y será por eso, pedacito de sueño, que vos estás acá, porque a veces las compañías no acompañan y los besos no estremecen y el vino es un vinagre ácido que lastima y los días que les siguen a esas noches quedan vacíos. Y entonces tal vez vos creas que se puede despertar así como así a mi soledad y decirle que se vaya, que despeje la cama para vos porque ahora te gustaría un abrazo y una cucharita para dormir. Bueno, hagamos un trato: yo hablo con mi soledad y le cuento de vos, le digo lo que vos me dijiste, le muestro esa foto mirándonos a los ojos que sacaste de tu bolsillo tratando de conmoverme innecesariamente. Yo le cuento, pedacito de sueño, del frío que se siente en tu cama y de la angustia que provoca a veces el paso de los años que no aceptan excusas y siguen pasando. Dame un poco de tiempo, no será fácil pero no es imposible. Ahora volvé con ella, no vaya a ser que se despierte en mitad de la noche y le faltes. Llevale esta carta y esta maceta y decile de mi parte que a veces las cosas no salen como uno las planea y que la plantita en la maceta está seca pero no está muerta.
      Adiós, Pedacito de sueño.

RR


Ilustración: Vanix Ilustra

No hay comentarios:

DE LA NOCHE A LA MAÑANA

     ¿Qué hora es?.. ¿Ya?.. ¿Y a qué hora se hizo esta hora? ¿Dónde estaba yo cuando esa hora vino y se fue la anterior? Porque se fue, se...