CENIZAS
Cuando ella finalmente se vaya no va a quedar nada más. No más cartas, no mas insomnio, no más recuerdos, no más extrañarla, no más contenerme de saber de ella. Todo será la nada, su ausencia verdadera, ya no la de su cuerpo tibio, la de sus ojos fueguinos, la de su boca embrujada y de sus besos incurables. No, será una ausencia total, aunque menos despiadada y terrible. Será ausencia de sentirla como mía aunque nunca lo haya sido. Será ausencia de inspiración para escribirle, para llenarla de todo esto que involuntariamente ha provocado.
Y entonces me pregunto qué quedará para mí. Una vida vacía, ausente como ella. Quedará esta lapicera y este cuaderno en reposo. Quedará la guitarra vibrando de melodías huérfanas. Quedará el cielorraso sin su imagen pintada a pincelazos de recuerdos por las noches. Quedará alguna carta como esta a medio terminar. Quedarán cenizas de su voz y de su risa en silencio. En definitiva, quedaré yo con la mitad de mi vida.
RR
Cuando ella finalmente se vaya no va a quedar nada más. No más cartas, no mas insomnio, no más recuerdos, no más extrañarla, no más contenerme de saber de ella. Todo será la nada, su ausencia verdadera, ya no la de su cuerpo tibio, la de sus ojos fueguinos, la de su boca embrujada y de sus besos incurables. No, será una ausencia total, aunque menos despiadada y terrible. Será ausencia de sentirla como mía aunque nunca lo haya sido. Será ausencia de inspiración para escribirle, para llenarla de todo esto que involuntariamente ha provocado.
Y entonces me pregunto qué quedará para mí. Una vida vacía, ausente como ella. Quedará esta lapicera y este cuaderno en reposo. Quedará la guitarra vibrando de melodías huérfanas. Quedará el cielorraso sin su imagen pintada a pincelazos de recuerdos por las noches. Quedará alguna carta como esta a medio terminar. Quedarán cenizas de su voz y de su risa en silencio. En definitiva, quedaré yo con la mitad de mi vida.
RR
Foto: Guillermina Raggio
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