VIDA
Ya no me interesa escribir, no sé si he perdido las ganas o es solo que ya no consigo conjugar un solo verbo más. Me he quedado sin nada, porque, ¿qué podría escribir a esta altura?, ¿que llueve?, ¿que fui a trabajar como todos los días para poder seguir llevando adelante esta vida que sin vos no es vida? Eso no le interesa a nadie. Ahora soy esto, un aljibe vacío, un pozo profundo que no lleva a ninguna parte, y entonces me quedo sentado debajo de esta galería viendo llover torrencialmente, y veo como el agua corre y arrastra mi cabeza hacia donde creo que vos estás, dejándome solo con esta tormenta que viene como para llevarse todo y al final no se lleva nada, porque yo sigo acá y vos allá, porque somos como este rayo que cae, primero el relámpago y luego el trueno, la luz por un lado y el sonido por otro. Y todo es un gran estruendo. Veo gente que corre tratando de salvar inútilmente una sequedad inservible, y entonces cada gota es un pedazo de risa burlona que les demuestra una y otra vez que cuando la lluvia cae los moja, los empapa, los ridiculiza ante esa soberbia humana que cree poder controlarlo todo. Y esta galería me cubre a mi de la lluvia pero no me llega a cubrir de tu recuerdo, del amor que me empapa y me ridiculiza como esas gotas, que me somete como el más perverso de los dictadores y que no me va a soltar hasta que no me vea en la lona y la cuenta se termine. Solo quedan estas palabras rebotando en la soledad, vagando por el mundo como almas en pena, reconociéndose con otras que cargan con ese karma de palabras huérfanas, de palabras que no quieren ser leídas o escuchadas y eso las mata una y otra vez, y una y otra vez vuelven a revivir en mí para hacer esta vida aún más miserable. La vida… ya ni sé lo qué es la vida, solo sé lo que es quererte y no tenerte. Porque la vida así lo quiso… y yo ya no sé qué hacer con esta vida.
RR
Ya no me interesa escribir, no sé si he perdido las ganas o es solo que ya no consigo conjugar un solo verbo más. Me he quedado sin nada, porque, ¿qué podría escribir a esta altura?, ¿que llueve?, ¿que fui a trabajar como todos los días para poder seguir llevando adelante esta vida que sin vos no es vida? Eso no le interesa a nadie. Ahora soy esto, un aljibe vacío, un pozo profundo que no lleva a ninguna parte, y entonces me quedo sentado debajo de esta galería viendo llover torrencialmente, y veo como el agua corre y arrastra mi cabeza hacia donde creo que vos estás, dejándome solo con esta tormenta que viene como para llevarse todo y al final no se lleva nada, porque yo sigo acá y vos allá, porque somos como este rayo que cae, primero el relámpago y luego el trueno, la luz por un lado y el sonido por otro. Y todo es un gran estruendo. Veo gente que corre tratando de salvar inútilmente una sequedad inservible, y entonces cada gota es un pedazo de risa burlona que les demuestra una y otra vez que cuando la lluvia cae los moja, los empapa, los ridiculiza ante esa soberbia humana que cree poder controlarlo todo. Y esta galería me cubre a mi de la lluvia pero no me llega a cubrir de tu recuerdo, del amor que me empapa y me ridiculiza como esas gotas, que me somete como el más perverso de los dictadores y que no me va a soltar hasta que no me vea en la lona y la cuenta se termine. Solo quedan estas palabras rebotando en la soledad, vagando por el mundo como almas en pena, reconociéndose con otras que cargan con ese karma de palabras huérfanas, de palabras que no quieren ser leídas o escuchadas y eso las mata una y otra vez, y una y otra vez vuelven a revivir en mí para hacer esta vida aún más miserable. La vida… ya ni sé lo qué es la vida, solo sé lo que es quererte y no tenerte. Porque la vida así lo quiso… y yo ya no sé qué hacer con esta vida.
RR
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