Qué extraño era verte en
esos días, perdoname, no sé lo que me pasaba. Supongo que estaba
confundida, que te quería pero no sabía bien ni por qué ni para qué,
eras como un hecho inevitable, como algo que me tenía que llegar en algún
momento. Pero yo no estaba preparada, ¿entendés? Y me parece que vos no
lo estabas tampoco para alguien como yo. Porque, seamos honestos, todos
somos "alguien como", todos tenemos nuestras idas y vueltas, nuestras
mañas y nuestros prejuicios. Y de repente me encontré queriéndote pero
no sé si quería quererte y eso me ponía muy nerviosa. No estoy
acostumbrada a perder el control de mi vida aunque vos creas que en
realidad nunca tenía el control verdaderamente. Cuando me abrazabas me
sentía protegida pero también retenida. Tal vez el compromiso no es lo
mío. ¿Qué será lo mío? Espero no estar mandándome una cagada pero soy
así y no puedo ser de otra manera, no me sale. Lo que vos me provocabas
no pudo cambiar eso, de hecho me alejó aún más de esa imagen que vos te
creaste de mí. Y vos también tenés lo tuyo. Somos dos, agua y aceite.
Tal vez no sea imposible pero por ahora sí. Me tuve que ir porque eso es
lo que soy, un irme. No sos vos, ni soy yo, somos los dos, y tu vida y
la mía. No puedo volver ya ni mirar hacia atrás. Siento tu mirada
mientras me alejo pero no puedo hacer nada. Este es el tiempo que tengo
que vivir, no me sale pensar en otra cosa. Me siento feliz así y no es
que no me haya sentido feliz con vos pero esa felicidad me da miedo.
Quién sabe algún día... Hoy no. Hoy estoy acá y mi vida es esta. Ni
siquiera tenía ganas de escribirte pero me salió, como un impulso más,
como los otros, como decirte chau e irme. Saberte ahí pero sin poder
hacer nada por vos.
RR
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