DE HISTORIAS Y SEÑALES
Si vos estás, yo estoy. Si vos querés, podés dejar de ser la protagonista de historias anónimas y pasar a ser la estrella de mi vida. Si vos te animás yo dejo lo que queda de este papel en blanco y corro a buscarte. Si vos confiás en mí podés estar segura de que el mundo, mi mundo, será tuyo, que todo lo que ha sido escrito será solo el prólogo de esta historia. Si por un rato un pensamiento sobrevuela tu cabeza y te trae hasta mí no dudes en hacérmelo saber porque de eso se trata, de señales que nos acerquen. Me he dedicado todo este tiempo a prender fuegos, a arrojar botellas al mar, a dejar garabatos en cavernas escondidas. He dedicado todo mi tiempo a mirar las estrellas en busca de cruces que me guíen hasta vos. Algo de todo esto está viajando hacia vos. Alguna señal aún escondida está marcándome el camino que me lleve a tu puerta. Pero hoy tal vez sea un buen momento para tomar una decisión: busquémonos. En algún lado estamos a punto de encontrarnos, porque así funciona el universo, de encuentros mágicos, entre partículas microscópicas o entre estrellas o entre personas que se quieren, se buscan, se sienten, se tiemblan, se viven y se mueren. Así estamos, vos y yo, perdidos en alguna parte a punto de encontrarnos. Quizás estés solo a unos pasos de mí, leyendo esta carta que llegó a tus manos por una casualidad que no es tal, quizás nos cruzamos en esa plaza y no nos vimos por tratar de esquivar a un chico en bicicleta. Pues bien, acá estoy, ahí estás, vos y yo, y todo el mundo por recorrer. Afuera llueve, será mejor que nos abriguemos.
RR
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