Y no me importa si esto es amor o si esto es olvido. No me importa si
todo es una locura en la que estoy sumergido. No me importa la gente, ni
las flores ni la primavera. No me importa la desesperación que me
espera agazapada detrás de cada recuerdo para clavarme un puñal que me
seguirá desangrando. No me importa esta falsa alegría de no pensar en lo
que quiero, de no reclamar lo que es
mío. No me importa el dolor de los despertares llenos de ausencia, que
me comen vivo, que me pegan en la cara con el primer rayo del sol. No me
importa caminar cien cuadras y no saber adónde voy ni como volver ni
adonde volver. No me importa mi casa porque no tengo y eso no me importa
tampoco. No me importa escribirte a cada rato sabiendo que a vos no te
importa.
Solo me importa esto. Esto que siento ahora, esto que vuela dentro de mi cabeza, como un ave mansa y que me guía por esta hoja que es mi mar calmo, mi refugio, mi manera de quererte, aunque nunca lo sepas, aunque yo mismo trate de ocultarlo. Algún día esta carta saldrá de este cuarto y verá la luz, la tuya, la que me ilumina cada noche cuando la mía se apaga y me refugio en palabras que duermen hasta mañana. Hasta mañana, amor.
Solo me importa esto. Esto que siento ahora, esto que vuela dentro de mi cabeza, como un ave mansa y que me guía por esta hoja que es mi mar calmo, mi refugio, mi manera de quererte, aunque nunca lo sepas, aunque yo mismo trate de ocultarlo. Algún día esta carta saldrá de este cuarto y verá la luz, la tuya, la que me ilumina cada noche cuando la mía se apaga y me refugio en palabras que duermen hasta mañana. Hasta mañana, amor.
RR
Foto: Flor del Irupé
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