DELIRIUM TREMENS
He decidido vivir esta fantasía como si fuese real. Porque sí, porque la realidad no es realidad per se, la realidad es lo que yo siento que es real y real es esto que me impulsa a escribirte, real es quererte así, sin razones, sin explicaciones posibles, caminando todo el tiempo sobre una cornisa que me puede llevar a la muerte de llamarte y morirme ahí, pegado al tubo del teléfono. Pero no, me quedo acá, vivo en mi fantasía. Al fin y al cabo, nadie me podrá acusar de vivir fuera del mundo porque inmediatamente les retrucaré: ¿qué mundo?, ¿el de las muertes estúpidas e innecesarias?, ¿el de las soledades en medio del furor de las comunicaciones que no son más que castillos en el aire? Yo te quiero, y eso no es una fantasía. Fantasía es creer a veces que puedo llamarte de la nada y decírtelo, suicidarme contra la imposibilidad de fabricar el amor, de provocar en vos lo que siento en mí, ni siquiera de llegar a que puedas mínimamente entender lo que me pasa. ¿Cómo podría explicarte si ni siquiera yo lo entiendo? Solo sé que es, del verbo ser, material y concreto, que al igual que la vida y la muerte, que la esperanza y el desamparo, que tus ojos y tu ausencia, existe; que te quiero y no hay nada que pueda hacer para evitarlo, solo esperar que algún día alguien tome tu lugar y yo pueda dejarte tranquila. Por ahora... lluvia, extrañarte en cada gota, someterme sin excusas a vos para que por lo menos sirva para inflar tu ego y este gran globo que me lleva de paseo por las alturas para mirarte, ahí, en la cumbre del pedestal que te he edificado con un fanatismo irracional que es hijo de un amor que nunca entenderé. Esto es así, fantasía y palabras que solo me pueden servir a mí en estas noches de humedad y recuerdos caídos como rayos de alguna parte. Pronto ya nada quedará de todo esto, solo residuos de mis delirios. Incluso de ese que afirma que vendrás algún día nuevamente a dejar tus besos acá, donde reposan todas estas cartas sin sentido.
RR
He decidido vivir esta fantasía como si fuese real. Porque sí, porque la realidad no es realidad per se, la realidad es lo que yo siento que es real y real es esto que me impulsa a escribirte, real es quererte así, sin razones, sin explicaciones posibles, caminando todo el tiempo sobre una cornisa que me puede llevar a la muerte de llamarte y morirme ahí, pegado al tubo del teléfono. Pero no, me quedo acá, vivo en mi fantasía. Al fin y al cabo, nadie me podrá acusar de vivir fuera del mundo porque inmediatamente les retrucaré: ¿qué mundo?, ¿el de las muertes estúpidas e innecesarias?, ¿el de las soledades en medio del furor de las comunicaciones que no son más que castillos en el aire? Yo te quiero, y eso no es una fantasía. Fantasía es creer a veces que puedo llamarte de la nada y decírtelo, suicidarme contra la imposibilidad de fabricar el amor, de provocar en vos lo que siento en mí, ni siquiera de llegar a que puedas mínimamente entender lo que me pasa. ¿Cómo podría explicarte si ni siquiera yo lo entiendo? Solo sé que es, del verbo ser, material y concreto, que al igual que la vida y la muerte, que la esperanza y el desamparo, que tus ojos y tu ausencia, existe; que te quiero y no hay nada que pueda hacer para evitarlo, solo esperar que algún día alguien tome tu lugar y yo pueda dejarte tranquila. Por ahora... lluvia, extrañarte en cada gota, someterme sin excusas a vos para que por lo menos sirva para inflar tu ego y este gran globo que me lleva de paseo por las alturas para mirarte, ahí, en la cumbre del pedestal que te he edificado con un fanatismo irracional que es hijo de un amor que nunca entenderé. Esto es así, fantasía y palabras que solo me pueden servir a mí en estas noches de humedad y recuerdos caídos como rayos de alguna parte. Pronto ya nada quedará de todo esto, solo residuos de mis delirios. Incluso de ese que afirma que vendrás algún día nuevamente a dejar tus besos acá, donde reposan todas estas cartas sin sentido.
RR
Foto: Guillermina Raggio
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