RESPUESTA
¿Qué es lo que estás tratando de hacer con esas cartas? ¿A quién estás tratando de conmover, a mí o a vos? A mí no me hacen falta más cartas, a mí me hace falta piel. Piel y sudor y abrazos y besos de esos que se dan a los tumbos, tropezando con todo camino a la cama. A mí me hace falta esa fuerza que me domine, que me aplaque, que me paralice la mente y me acelere el corazón como si se me fuera a salir del pecho, dejar de respirar para sentirte contra mí y que eso sea mi oxígeno, mi fuente de vida, un camión que me lleve puesta sin ninguna posibilidad de resistirme. Yo ya no quiero más cartas, no te gastes en escribir ni una palabra más, yo solo quiero morirme en tus brazos. Y cuando digo morirme, es morirme, pasar a ese otro plano, a ese otro mundo, al que usa al amor como transporte y mensajero. Quiero amor y nada más, ni tiempos ni espacios para pensar nada, ni preguntas ni respuestas, ni razones ni excusas. Quiero amor hecho de deseo, de sexo, de locura, romperme el alma contra tu boca, sacrificar todo en un abrir y cerrar de ojos. Quiero amor, ¿entendés?, de ese que escribís pero que a mí, escrito, ya no me alcanza. Y entonces deambulo como una zombie por la calle y luego por mi casa y te espero acurrucada en la cama cada noche a que te decidas y hagas de una vez por todas lo que yo nunca me animaré a hacer.
RR
¿Qué es lo que estás tratando de hacer con esas cartas? ¿A quién estás tratando de conmover, a mí o a vos? A mí no me hacen falta más cartas, a mí me hace falta piel. Piel y sudor y abrazos y besos de esos que se dan a los tumbos, tropezando con todo camino a la cama. A mí me hace falta esa fuerza que me domine, que me aplaque, que me paralice la mente y me acelere el corazón como si se me fuera a salir del pecho, dejar de respirar para sentirte contra mí y que eso sea mi oxígeno, mi fuente de vida, un camión que me lleve puesta sin ninguna posibilidad de resistirme. Yo ya no quiero más cartas, no te gastes en escribir ni una palabra más, yo solo quiero morirme en tus brazos. Y cuando digo morirme, es morirme, pasar a ese otro plano, a ese otro mundo, al que usa al amor como transporte y mensajero. Quiero amor y nada más, ni tiempos ni espacios para pensar nada, ni preguntas ni respuestas, ni razones ni excusas. Quiero amor hecho de deseo, de sexo, de locura, romperme el alma contra tu boca, sacrificar todo en un abrir y cerrar de ojos. Quiero amor, ¿entendés?, de ese que escribís pero que a mí, escrito, ya no me alcanza. Y entonces deambulo como una zombie por la calle y luego por mi casa y te espero acurrucada en la cama cada noche a que te decidas y hagas de una vez por todas lo que yo nunca me animaré a hacer.
RR
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