En la oscuridad, a tientas,
revolviendo entre muerte y mierda,
hundido hasta las rodillas pisando sobre cuchillos afilados.
A sangre y nauseas,
miedo y desconsuelo.
Aullido de lobos hambrientos,
de recuerdos que son pesadillas.
Los ojos cubiertos,
cerrados por la fiebre del pasado que atormenta y golpea
sin piedad.
Soledad y abandono.
Pero entonces,
en el final,
cuando ni la tierra me traga,
cuando todo es nada,
una luz, un destello mínimo pero enorme,
una brisa con aroma fresco, de sol presente, de horizonte cercano.
Lluvia purificadora que lava el cuerpo y el alma.
Y la sangre corriendo por sus cauces nuevamente
provocando llanto y vida.
Y la oscuridad se hace noche
y la noche se hace boca y sudor,
temblor y orgasmo.
Tu pecho desnudo que asoma,
y canta como una sirena.
Una vez más el amor,
una vez más yo,
quien suscribe esta fantasía de palabras.
Para vos.
RR
No hay comentarios:
Publicar un comentario