En un rincón de mi casa guardo algunas cosas que me quedaron de vos,
algunos libros, algunos discos, algunas cartas, y esas marcas que dejaba
el cariño entre pelea y pelea. La verdad es que quiero acercarme a vos y
por eso me senté a escribirte aunque solo lo haga para mí, como un
ensayo de lo que me gustaría que fuera volver a hablarte.
Supe de vos, a veces por casualidad y otras veces porque busqué saber. Quería ver en qué andabas, si había llegado esa mujer a tu vida que tanto buscabas. No era una cuestión de celos aunque un poco celosa me ponía, era solo curiosidad, como esta que me empujó hacia estas cosas que vuelvo a mirar después de tanto tiempo y que me traen una imagen tuya que nunca había percibido: la de un tipo enamorado de mí. Te juro que me parece tan raro... pero de a poco voy cayendo, me voy haciendo a la idea de que esa mujer era yo, que era yo esa de quien hablabas tanto en tus cartas. Y ahora estoy sentada escribiendo esta carta y pensando qué te voy a decir en un rato, cuando marque el número de tu casa para volver a escucharte. Y ojalá tus palabras logren desanudar mi garganta y pueda decirte "te extraño" sin balbucear demasiado. Ojalá que si se apodera de mí el silencio sepas entender que estoy tratando de acercarme a vos una vez más, no por los viejos tiempos sino por los nuevos, porque pensar en vos me trae una sonrisa y quiero esa sonrisa en mi boca y quiero tus palabras en mis oídos otra vez.
Supe de vos, a veces por casualidad y otras veces porque busqué saber. Quería ver en qué andabas, si había llegado esa mujer a tu vida que tanto buscabas. No era una cuestión de celos aunque un poco celosa me ponía, era solo curiosidad, como esta que me empujó hacia estas cosas que vuelvo a mirar después de tanto tiempo y que me traen una imagen tuya que nunca había percibido: la de un tipo enamorado de mí. Te juro que me parece tan raro... pero de a poco voy cayendo, me voy haciendo a la idea de que esa mujer era yo, que era yo esa de quien hablabas tanto en tus cartas. Y ahora estoy sentada escribiendo esta carta y pensando qué te voy a decir en un rato, cuando marque el número de tu casa para volver a escucharte. Y ojalá tus palabras logren desanudar mi garganta y pueda decirte "te extraño" sin balbucear demasiado. Ojalá que si se apodera de mí el silencio sepas entender que estoy tratando de acercarme a vos una vez más, no por los viejos tiempos sino por los nuevos, porque pensar en vos me trae una sonrisa y quiero esa sonrisa en mi boca y quiero tus palabras en mis oídos otra vez.
Las
cosas del pasado están en su lugar, donde se quedaron desde esos días.
Ahora hice un poco de lugar para las del futuro. Dale, ¿venís?
RR
RR
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